miércoles, 27 de abril de 2011

Cangrejos por Sapos

Dedicado de manera super re-contra especial a mi amiga creativa Mayger Zerpa

Había una vez, un cuento de hadas donde no existieron nunca los sapos, pues, hubo una época en la historia en que los anfibios dejaron de funcionar como "Principes encantados" y en su lugar fueron otros los animales utilizados para tales fin, ya que las "brujas malvadas" lo habían decidido así, y con esto hacer sufrir a las dulces princesas. 

En aquellos tiempos fue muy difícil encontrar a los "principes encantados" y esto generó en muchas damiselas la frustración de ver pasar los días besando animales diferentes. Probarían con muchos desde aves, pasando por otros anfibios, hasta mamíferos de gran tamaño como elefantes, camellos, caballos y jirafas machos, pero sin suerte. 
El pueblo estaba ya triste al ver aquellas bellas damas buscando sin éxito alguno aquello que sólo una econtraría, su nombre extraño por demás sería la clave que llevaría a las otras a buscar en aquel lugar, y que ella con su gentileza, simpatía, y creatividad lo encontró. 
Mayger, era su nombre, o mejor dicho la princesa May, a quien poco le importaba lo que pensaran los demás de si misma, que no hacía lo que los otros, como por ejemplo: "comer chocolate cuando se deprime ", porque tan sencillo nunca le gustó, siempre fue sincera y no daba marcha atrás a sus decisiones.

Mientras las otras buscaban desesperadas, ella las observaba a modo de divertirse, no por mal, si no que para ella "eso era común".

En los medios de comunicación de la época colocarían las noticias, incluso pasarían a las princesas llorando sin encontrar solución. UNA TRAGEDIA. Dirían algunas.

Pasaría el tiempo y ella por curiosidad y más allá, por burlarse lo intentaría también, a sus amigas las llamaría para que fueran testigos diciéndoles: "Es que ustedes están desesperadas, y no han sabido buscar, sólo tienen que hacerlo en los lugares menos pensado y allí lo encontrarán".

Fue así entonces como la Princesa May camino al río, sería observada por muchos sapos, quienes estaban ya traumatizados de ser besados, se esconderían, incluso se pintarían la piel para aparentar ser piedras, a lo lejos verían a las otras princesas caminar. 
Decidida May exclamaría: "Miren que aquí no hay ya ni sapos, este es el daño que le han hecho ,traumarlos a los pobres animalitos ¿porque no besan a otro animal? ¿Un caracol, una salamandra, o un cangrejo?" y tomando un ejemplar de este último verían ante sus ojos "el milagro". May besaría al cangrejo y este se convertiría en su príncipe azul, o mejor dicho naranja. Las otras princesas harían lo mismo salvando a esta especie, al menos por esa temporada de los cocineros locos que buscaban preparar un delicioso consomé.

Es por esta razón que la sopa de cangrejo es asociada al amor el mejor afrodisíaco de todos los tiempos.
 


sábado, 23 de abril de 2011

La Burra, La Cuaima y Adán

"1:24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.
1:25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.
1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó."
Fragmentos de la creación del Mundo según la Biblia




 Luego del séptimo día en que Dios se encontraba descansando, como era merecido tras crear el mundo, Adán el primer hombre paseaba por entre los bosques de aquello llamado "Paraíso", a pesar de ser "Imagen y Semejanza" del Supremo, a este último se le "paso un detalle ": Omitir los posibles pecados que podría cometer a futuro. 

Aquel primogénito humano  se encontraba vagando en el mundo, pues, no tenía obligaciones, porque mujer ni hijos tenía porque preocuparse, vivienda tampoco, la inseguridad no le preocupaba porque no estaba permitido el robar o matar (salvo que fueran animales para subsistir), por estas razones Adán se sentía sólo. 

A su alrededor sólo habitaban animales, trinaban pájaros y crecían plantas, todo era bonito, hasta que apareció aquella propuesta. PROCREARSE. ¿Como lo haría, con quien y cuando? se preguntó aquel solitario hombre, al que Dios le respondió: "Crearé a la mujer de tu costilla, como parte de ti, pero has de esperar, se paciente". 

Pasaban los días y aquel momento no llegaba, sus deseos carnales lo atormentaba, no lo dejaban dormir, y para aquel entonces no se había inventado la llamada "Ley del cobarde" o "Cinco contra uno".  4 Noches y sus días pasaron hasta que se le ocurrió intentar "saciar sus ganas" con alguna hembra.

Decidido salió a buscar a "Su pareja momentánea", intentó con una mona, pero la competencia con los otros monos por conseguirla le costó haber caído de un árbol, además de la burla de sus contrincantes e indiferencia de la hembra en cuestión. 

Luego con una Jirafa, pero esta era muy alta, con una elefante pero no la podía abrazar, con una perra pero no estaba "en celo", con una gata, pero lo arañaba, así siguió, en su "investigación". Caminando ya casi sin esperanzas, allí la vio oculta entre los matorrales, aquella hembra que cambiaría la historia de la humanidad: Una Burra!!!(A Adán se le atribuye la creación de la Zoofilia).

Imagen de aquel primer momento
Como es sabido Adán estaba desnudo en lo que consideraba "su casa", sus ganas no las podía ocultar y aquello de "estar encarpado" no existía ¿y como si lo que lo cubría era una hoja de parra?, tomaría aquella hembra por la las nalgas y procedería aquel acto conocido hoy en día. Desde allí se originó el refrán de que "La primera mujer del hombre es la burra" y aquel que mantiene relaciones con las mismas se le llama "Burrero". 

Dios después de haber visto este acto, no se enfureció, esperó a que Adán durmiera y creo a Eva, de su costilla. Adán al despertar la encontró a su lado también tapada con hoja de parra, no se sorprendería, después de todo le había sido prometida. 

Pasarían los días y es cuando a Eva se le apareció la famosa culebra  (tipo cuaima) contándole lo que días antes había visto entre Adán y La Burra. Cosa que la enfureció y la haría formar alianza con aquel animal. 

Adán a su regreso sería seducido por Eva quien le otorgaría una manzana, tan dulce como sus labios pero tan letal como una mujer llena de celos, es por esto que cuando las mujeres cuidan o "celan" a su hombre les llaman cuaima, porque adoptan la aptitud de aquel rastrero animal.

Y para evitar mayores daños y que las demás "creaciones" se contagiaran, Dios los echó del Paraíso.
 


La Sonrisa

Siempre su presencia la había sentido aún después de su partida. Era en este período que cuando se hacía más fuerte. Más evidente.

Luego de regresar de las honras fúnebres hechas en el cementerio del Pueblo, María José Fernández Saavedra había llegado a su casa siendo la misma mujer, tal vez un poco más cobarde de lo que por costumbre dejaba ver. Era el tiempo de desprenderse de aquellos recuerdos, vivencias y objetos que le hacían recordar a su madre, quien luego de varios años de agonía bajo el cuidado de Marijó como solía llamarle expiró su último aliento horas antes.

En algunas ocasiones Marijó podría estar en la cocina o en otra habitación y podría haber sentido como alguien la estuviera mirando, sabía que no era su madre, pues, su cuerpo se encontraba postrado en una cama cargado de no se sabe cuantas mangueras con medicina para disminuir el dolor, y "alargar" su vida. 

Las noches entre Marijó y su madre eran sencillas, pues, solo preparaba la cena para ella, veía la telenovela  (siempre y cuando tuviera luz eléctrica porque solía irse), se daba un baño y luego a la cama. Entraba en aquella oscura habitación que se iluminaba sólo por la luz de la Luna que se colaba por la ventana, y lista a dormir. Así transcurrían sus días. 

Pero Luego del fallecimiento de su Madre quedaría sola en aquella casa, llena tanto de ellas, tanto de recuerdos. La noche luego de las honras fúnebres haría exactamente lo mismo, con la diferencia que no habría luz. Solo tomaría el baño, y se le haría la media noche mientras organizaba todo. Más sin embargo de camino a la habitación escucharía la risa de alguien, proveniente del interior, aunque lo parecía increíble, era muy parecida a la de su madre. Con mucho temor entraría, y en efecto encontraría a alguien tapado con una manta sobre el espaldar de la cama, riéndose y murmurando algo, su cuerpo brillaba por si solo, al menos lo que dejaba ver que eran sus manos tapándose la boca. Marijó espantada saldría corriendo del lugar buscaría desesperada   una vela.
 
Investigación infructuosa ya que nuevamente se le aparecería aquella imagen, esa misma sonrisa, en tono burlesco. Pasaría la noche sin saber que sería aquello que la atormentó.