jueves, 18 de abril de 2013

El día que Tribilin salvó mi vida


Todo comenzó aquel día en que mi pequeño hermano peludo, Tribilin, me invito con sus enormes patotas, ya bien formadas a recorrer aquel mundo inexplorado por mi hasta ese momento. La historia comienza desde el primer momento de su nacimiento. Que a continuación narraré.

Fue una de esas noches en que nos reunimos con nuestro Padre, Mi Súper Héroe Favorito, de Poderes Infinitos, que nos llegó con la noticia  de que Mamá Osa- Cosita Mamá había parido la nueva camada, de quien sabe cuantos pequeños, que ya estaban destinados a un sólo camino, crecer a nuestro lado. Una de las noches de la misma semana que nacieron, comenzaron las lluvias en Caracas, en todo el territorio nacional, aunque leíamos, y escuchábamos las noticias de las tragedias que devastaban no solo los sueños también las casas de nuestros hermanos venezolanos, pensábamos Dios nos ampare y proteja.

Aquella noche mi Papá recuerda una y otra vez, de como ella- Mamá Osa, trasladaba a sus cachorros de un lugar a otro, como buscando resguardarlos. Su infinito sabio instinto, ese el que caracteriza a los de su especia avisaba que la tragedia estaba cerca. Tal vez por inexperiencia, tal vez por quien sabe porque cosas mi Padre no le sabía interpretar. Llegó la madrugada y recibimos una llamada, como diría Ruben Blades, “Escucha un trueno en el cielo tiempo de lluvia avisando”. Era una de las vecinas que nos avisaba que el paredón trasero de nuestro Taller se había derrumbado. Ahora eran nuestros sueños que se venían abajo. Llegó la pregunta con su amargura de rigor ¿Que haríamos?.

Al llegar al lugar encontramos escombros, apretando el nudo en la garganta para no llorar, como pudimos abrimos las puertas. Y es aquí en que llegó la lección que me enseñó mi amada Cosita Mamá a partir de allí, recordarlo me traen lágrimas a los ojos, he de confesar.

Lo primero que nos imaginamos mi hermano y yo fue encontrar a nuestra peluda hermana bajo los
escombros quien sabe como, y en que condiciones. Confieso que no quería entrar, no quería seguir buscando. Pero de repente sus pequeños ladridos, su pequeño cuerpo volvió a mis brazos, la abracé, acaricié y no hacía más que repetirle estas bien mi bebe, mi chiquita, mi Mamá Osa. Ahora vendría la segunda lección: Salvar a sus pequeños hijos.

En seguida su olfato, nos guió donde estaban los 6 cachorros que se encontraban debajo de uno de los vehículos afectados por el derrumbe sufrido en horas de la madrugada. Uno a uno los sacamos, rescatarlos de entre tanta tierra y agua fue reencontrarnos con la vida. Con la certeza del amor infinito de una madre que desesperada hace lo que sea, no importa su naturaleza, por sus hijos.

Fueron pasando las horas y pudimos acariciar por primera vez aquellos pequeños seres, que tendrían días de nacido, horas de rescatados. 4 hembras y un macho, al que llamaríamos Coraje Tribilin. Su primer nombre se debe a un perrito de una serie animada infantil y Tribilin, bueno Tribi como solemos llamarle por su gracioso andar.

Los días hicieron de las suyas, y corrieron con el tiempo, Tribi y sus hermanas correteaban entre el cemento, la tierra aún sin lavar, aprendieron a tener cuidado, a ser valientes desde cachorros, a jugar entre ellos mismos. Con las semanas dimos en adopción a dos de ellas, así como dos murieron lamentablemente por ser  prematuras. Tribi sigue con nosotros, desde entonces.

 Hoy en día es un gran Perro, leal, bello y hermoso como le llamo, y lo mejor de todo es que fue adoptado sin querer, pero con todo el amor que ha recibido ha aprendido a retribuirlo. Algunas veces muestra sus dientes a quien considera enemigo, pero lo controlamos.

Tribi el de gracioso andar, camina con la cabeza abajo cuando quiere cariño, cuando corre sus patas trotan como caballo, y cuando lo hace velozmente es como si se zambullera al viento, ese mismo que avisó lluvia cuando fue salvado, cuando come lo hace en grandes cantidades, y ni hablar de sus exigencias de continuo cariño. Desde bebe lo acostumbramos a ser cariñoso con quien le de cariño, no tiene la culpa.

Esa así de como Tribi me invitó a vivir su mundo, de aventuras, fantasías y amor infinito. Amo a su Madre como a él mismo, son mis hermanos peludos, eso que Dios me quiso dar y regalar un día en que pensaba que había llegado una desgracia a nuestras vidas, es así como esos seres salvaron nuestras vidas.