“El que no levante la mano tiene Riki-riki-riki rá!/
El que
no se quite el zapato tiene Riki-riki-riki rá!” Riki-Ra!
Demanda alegremente Pedro Valdéz
o mejor conocido como “El maravilloso Jackly / el negro Jackler” y es cuando se abre la pista y se empieza bajo
el furor y los efectos de la música sabrosa del calipso el baile colectivo,
expresión de resistencia afro de nuestros abuelos del sur del estado Bolívar.
El Callao.
Bailar, cantar, sentir y cultivar
el calipso como cultura, nos viene a mis hermanos y a mí, desde antes de nacer ,
tomando prestado lo cantado por Charlie Aponte “bailando salsa papá me hizo” en
el magistral tema, “Sin salsa no hay paraíso” El Gran Combo (2010).
Y es que siempre hemos dicho
orgullosamente, que nuestras raíces son de la Guayana de los bisabuelos, de
Pedro, Mercedes, Juanita y posteriormente de los abuelos José Antonio
<>, Irma, Ana Antonia y Luis Miguel, donde quiera que
vamos siempre decimos que somos medio orientales, por nuestros padres y nunca
ha faltado un calipso en nuestras fiestas, aun estando en Caracas, y por
supuesto como es tradición el 01 de enero de cada año.
Desde niños, mi madre fue quien
nos enseñó el arte de bailar calipso “con el palito” así como lo hizo mi abuela
en su momento a ella y mis primas. Desde Serenata Guayanesa, pasando por The
Same People, Yuruary, Venezuela es Calipso, Un Solo Pueblo fueron nuestros tutores
a la hora del baile. Mi abuelo paterno también fue un gran bailarín del ritmo,
y cuando se unían él y mi mamá no había quien los parara.
Este primero de diciembre lo
recibimos con una gran noticia, honrando por demás a todos aquellos que a lo
largo de más de 100 años han hecho del Calipso la bandera musical del sur del
estado Bolívar. El Calipso ha sido declarado patrimonio inmaterial de la
humanidad por parte de la Unesco, reconocimiento por demás que a los guayaneses
de nacimiento y descendientes, nos hace bailar el alma.
Se le tributa el reconocimiento a
los escritores de canciones como Bandido, All day today, Easter morning, Isidora,
Jackly y el mono güi-güi, La Auyama, Riki-Ra. Cultores de los medio pintos,
diablos, madamas elementos primordiales de las comparsas y por supuesto las propias
bandas que han ido formando nuevas generaciones de músicos como lo fueron en su
tiempo Carlos Small, El Rey del Bumbác y muchos otros.
Y qué decir de Isadora Agnew
<< La Negra Isidora>> con quien se encendía el carnaval, hoy símbolo y
piedra fundamental de esta magia. Se me podrán escapar algunos nombres, pero nunca
jamás reconocer quienes estuvieron y cultivan en los actuales momentos, el gran
acervo cultural. Gloria a todos ellos, a mis abuelos que ahora se reúnen en el
cielo para bailar.
Y por último recuerden algo muy
importante “Calipso no es regueton, y joropo no es vallenato”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario