jueves, 27 de enero de 2011

De Chico Mata, Jesús Bustindui y Jesús Romero Anselmi (Mi humilde homenaje)

Esta semana nos ha tocado vivir episodios de enseñanza, el primero de ellos la partida de nuestro maestro, y gran orgullo Oriental Francisco "Chico" Mata, La voz de Oriente, hablar de su persona es describir el oriente venezolano en sus canciones, las hermosas notas y las alabanzas a la Patrona de esta región de nuestra bella y despreciada Venezuela. La Virgen del Valle, quien seguramente le estuvo aguardando hasta sus últimos momentos. 

A Chico Mata, como le llamaron sus amigos, le debemos haber aprendido un poco más de la cultura y música tradicional de la región nor oriental venezolana, que no es sólo el Polo margariteño, de su voz escuchamos La Jota, Las décimas, Diversiones Orientales, entre otras, una de las más famosas "La Danza del Carite" que en mi concepto fue la canción que lo inmortalizó, junto a su conjunto Guaiquerí. Ese fue nuestro Francisco Mata, Paz a sus Restos. 

El segundo "golpe" a nuestra memoria y sentir venezolano, fue la partida de nuestros colegas Jesús Bustindui y Jesús Romero Anselmi, hombres de amplia experiencia de los que particularmente he aprendido mucho, por eso me atrevo a separar mis experiencias aprendidas de ambos, sin establecer un orden en su importancia. 

Cada mañana que nos levantabamos al colegio escuchabamos la voz de un señor hablar en la radio sobre la farandula, lo hacía con tal respeto envolvente que te hipnotizaba, te decía: "escuchame", pues , su oficio hacía con tal respeto y seriedad que decías "tremendo periodista". 

Años más tarde, esta misma voz la volvería a escuchar pero en horas del medio día Seriedad, pasión, respeto, y profesionalismo con esas palabras describiría a nuestro Jesús Bustindui, ejemplo inigualable, un hombre que puso muy en alto el Periodismo Cultural en Venezuela sin necesidad de caer en artilugios ni aparentar lo que no fue. Cosas que hoy, vemos como se confunde tan hermosa profesión con tanta proliferación de maricones en la pantalla chica queriendo ser "periodistas" y serios de paso. 

Adolfo Martínez Alcalá (1927-2006)
Gracias a Bustindui, y a otro gran maestro también reunido con el Buen Dios, Adolfo Martínez Alcalá (Conductor del espacio "Esta Tierra Mía") logré entender el sentido de la radio, y el periodismo cultural, que no está basado en simples informaciones leidas de las hoy llamadas redes sociales, o bajada de la internet, con carácter super flu y de un mundo imaginario de "querer llegar a ser". No. Este par de "mounstros" de la Radiodifusión venezolana dieron cátedra en sus áreas. Su legado que jamás será suplantado queda guardado en nuestras mentes, corazones y oidos. 

Estas últimas lineas se las dedico a otro grande del periodismo venezolano, comprometido claro está con sus ideales, pero más allá con su compromiso fuerte y en pie con la profesión, mi recuerdo de Jesús Romero Anselmi data del año 2002, de nuestra historia contemporanea cuando siendo presidente del "Canal de todos los venezolanos" se paró en frente de la pantalla y defendió el derecho de la información clara y oportuna de los televidentes, sin importar colores ni partidos políticos, lo primordiar era "sacar" la noticia, no caer en falsas promesas, de esas que nos tiene acostumbrado el comando anti imperialista liderado por el Orgullo de Sabaneta y los "Imperialistas" de profesión.

De estos hombres me quedo corto en palabras para describir su legado y grandeza, en nosotros siempre estarán, pues, como dice Rubén Blades: "El Mejor homenaje que se les puede hacer a quienes ya no están con nosotros es siempre recordandolos". Paz a sus Almas y consuelo a sus familiares.

jueves, 20 de enero de 2011

Adriana y el ataque de las Avellanas

Jamás iba a encontrar esa respuesta a la pregunta que siempre andaba en su cabeza. Al menos es lo que decía al transitar por aquellas calles llenas de tantos olores imágenes, personas en fin símbolos que definían aquella urbe capitalina tan de avanzada y tan decaida. Era navidad. Tiempo en que el comercio es más importante que el propio nacimiento del niño Dios. Los sentimientos pasan a un lado para ser sustituidos por alguna prenda -o presente- y desear el acostumbrado FELIZ NAVIDAD. 

Las calles de aquella ciudad, se encontraban inundadas de cualquier cosa relacionada a lo que simbologicamente se decía era navidad, desde prendas de vestir, hasta accesorios sin contar otras cosas "innecesarias" que al fin y al cabo irían a parar a la basura. 

Adriana se encontraría sumergida en estas calles, quizás hullendo de lo que le rodeaba. Tal vez, queriendo encontrar el verdadero Espiritu de la Navidad.

En su recorrido aquella joven vería en las paredes carteles de las elecciones pasadas con los políticos de turno ocultando atrás de sus sonrisas sus claros objetivos. Era Navidad época de felicidad, amor y alegría. 

Un hecho calificado de raro ocurriría en su estancia por las calles, mientras algunos estaban enfocados en que prenda de vestir comprar, cuanto gastar y que regalar, para aquel anciano en la esquina de aquella calle no existía Navidad, había dejado de existir desde que empezó pedir dinero para sobrevivir en aquella Urbe. Adriana se le acercaría, y le daría no sólo dinero, también ofrecería ayuda. En sus ojos encontraría la respuesta del "progreso y evolución de la sociedad". 

Aquel hombre no sólo agradecería el noble gesto de la joven, si no que también le diría su versión de aquellas fiestas, y por último le dijo que le entregaría un regalo ( el cual no reveló al momento), que al llegar a su casa Adriana se llevaría una sorpresa. 

La joven seguiría caminando, observando rumbo a su casa, donde al llegar narraría a su hermano Rolando lo sucedido, de repente escucharon ciertos murmullos, al parecer risas. Se alarmarían, buscarían, y al final encontrarían de donde vendría el misterioso sonido. De adentro de la cartera de Adriana saltarían seis avellanas, quienes se apilarían, la más oscura de ellas daría la orden de formarse y dirigirse a sus neo amigos humanos: 

-Saludos, humanos, como lo ven somos seis avellanas quienes aconsejamos no confundirse ni subestimar nuestro tamaño, desde donde venimos hay millones como nosotras, sólo les traemos el mensaje de nuestro bosque a ustedes y tú (señalando a la joven) por tu corazón noble fuiste la elegida para emitir el llamado de conciencia a tus iguales sobre los riesgos que implica comer de nosotras, tales acciones han conllevado a que cada vez seámos menos, lo cual ha entristesido a nuestra Madre, La Tierra.
Asombrados por sus palabras, Adriana quedaría atonita y asumiría el reto, no sin antes preguntar de como llegaron a la ciudad, a lo que respondieron que fue gracias al señor que encontró en la calle- otro corazón noble- que las escucharía y las salvaría de las manos de los compradores. 

Es entonces de como los hermanos Adriana y Rolando se enfrentarían ante sus semejantes y explicarían los daños causados a la naturaleza en el consumo estrepitozo de aquellos frutos. Los calificarían de locos, los tildarían de enfermos y hasta de enemigos de la Navidad, pero en su afán de defensa por la naturaleza demostrarían que algunas veces los humanos consumen productos de otros países sin valorar los propios sólo por moda o compromiso.