“Cada rico con miles de millones, siete dueños del planeta dicen a miles
millones de pobres y que la ambición no tiene límites y así vende la ficción,
egoísta cada cual del éxito personal imposible de la acumulación”, exclama en su tono llanero, al son de un galerón
margariteño el buen amigo Gino González mientras reza irónicamente la “Oración
al Dios de la mercancía”.
Quise iniciar esta nueva “pistolada”
con sentido, citando a Gino en una canción tan emblemática, al tiempo que sabemos
que el capitalismo vende hasta el aire que respiramos, y hasta privatizaría la
luz del Sol.
Hoy sale en los diarios la noticia
que la Superintendencia de Precios Justos revisará la estructura de costos de
las tarifas fijadas por las universidades privadas. Sus dueños ven precisamente
la educación como la mercancía, y antes de todo quiero decir que nunca supe que
fue pagar por tal derecho, pues, hasta la universidad fue pública,
orgullosamente Licenciado en Comunicación Social de la Universidad Bolivariana
de Venezuela (cabe destacar nacida en Revolución).
Algunos desclasados gritan porque
el gobierno defienda sus derechos, critican cuando lo hace, pero permite que el
capitalista le aumente a placer alimentos, educación, medicina, salud y la vida
misma.
No comprendo algunas veces a mis
buenos amigos opositores que se quejan reiteradamente porque el gobierno no
hace nada, “y cuando hace” no dicen ni pío. ¿Dónde están los seudo líderes
dirigidos como títeres por la MUD? ¿ o es que para esto no hay respaldo? Como se
protesta también se respalda ¿o ahora saldrán a decir que estaba bien que les
cobrarán hasya 400% de aumento como denunció Jorge Arreaza?.
Instó a un
pronunciamiento, porque como pregunta Rubén Blades “¿de que vale tener inteligencia si no aprendemos a usar la conciencia?”.
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