Ya ni recuerdo desde
cuando escucho salsa ni menos cuantos temas e interpretes conozco del
género, de esta cultura afro caribeña que nos define a los latinos.
Lo cierto es que la Salsa, esa misma que se define como fusión de
son, guaguancó, guaracha y otros ritmos es pueblo, es el sentimiento
propio de la gente humilde que como dice una de las emblemáticas
letras “ busquen en los arrabales que abundan en la ciudad”. En
pocas palabras la salsa no es para sifrinos, es afro, es sabor, es
color, es “Sentimiento Tú!” a lo Cheo Feliciano.
En este lado del mundo el
que llaman América se escucha desde el Bronx (Estados Unidos) hasta
El Callao (Perú) sin olvidar las hermosas Islas Antillanas como Cuba
y Puerto Rico de donde muchos dicen que nace la Salsa. En una
oportunidad a Tito Puente le preguntaron su concepto y refiriéndose
a la Salsa dijo “es buena con espaguettis”. Nuestra Venezuela,
Amada Patria de grandes soneros y músicos es bandera en el mundo
gracias a hombres y mujeres que no solo la han interpretado también
expresado mediante el baile e instrumentos su sentir y sabor.
Por cierto fue Phidias
Danilo Escalona quién la definió en su emblemático programa de
radio La hora de la Salsa, el Sabor y el Bembé,
un duro para este servidor de esos locutores que admiraré hasta el
final de mis días. Y justamente hablando de nuestra hermosa tierra
es en Marín (San Agustín) donde El Madera hace vida desde
que las
calles de Caracas eran recorridas por aquel taxista de origen humilde
y que posteriormente sería el Sonero del Mundo Óscar D' León,
cuando
La
Dimensión Latina se apoderó junto a otros grandes como Los
Dementes, Los Kenyas, Federico y Su Combo Latino, Sexteto Juventud,
La Salsa Mayor y por supuesto El Grupo Mango entre otros de los
bailes y fiestas familiares en lo que nos respecta.
De toda la retahíla que se lee hasta ahora tenemos datos importantes
como las orquestas que surgen de origen “humilde” y quienes la
representan además de su papel importante en la sociedad de sumar y
ser escuelas de sus localidades. En el caso de Madera puedo decir con
un gran orgullo venezolano de su papel formativo en nuestra sociedad
en la cultura no solo salsera también afrocaribeña donde se siguen
dando talleres de percusión y danza como hace más de 30 años.
Y justamente hablando de mundo y salsa, ayer se celebró la Cumbre
sobre el Cambio Climático de la ONU en Estado Unidos, donde el
presidente venezolano Nicolás Maduro (primer presidente Chavista)
intervino y que como su antecesor (Hugo Chávez) dijo unas cuantas
verdades a los otros líderes mundiales. “La crisis ambiental es
resultado del modelo capitalista basado en patrones de producción y
consumo insostenible que genera inequidad, injusticia, pobreza y
destrucción del planeta” y justamente aquí estamos “los de
abajo” en el renglón “pobreza”, erradicarla ha sido
fundamental del Socialismo del Siglo XXI implementado en Venezuela
desde hace 15 años.
Justamente al salir de su intervención en la ONU esa misma que sigue
oliendo a Azufre y a pólvora estadounidense, Maduro El Obrero y
Salsero, se fue al Bronx donde fue recibido con honores, ese mismo
sector donde el mismo Obama ni habrá puesto un píe, ese mismo
Barrio que vio crecer como artistas a Willie Colón, Héctor Lavoe,
Oscar Hernández, Larry Harlow, los hermanos Palmieri, Ray de La Paz,
Hermán Olivera, Frankie Vásquez, por mencionar algunos.
“Bailó
y descargó la tumba” diría un asistente y como no hacerlo si fue
tremenda rumba la que se formó con Maduro y la hoy primera
combatiente. Salsa, sabor, y Venezuela presente una vez más
rompiendo paradigmas, mientras Chávez bailaba joropo y cantaba
rancheras, Maduro lo hace como el obrero que no
olvida sus orígenes, bailando
salsa construyendo nuevos puentes, rompiendo paradigmas y diciéndole
a los “sifrinos” que el pueblo siempre puede más y
como lo cantó Cheo “la rumba de la
existencia,la baila la humanidad, aunque le pese la conciencia, como
Juan Albañil, esta es la desigualdad”.
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